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Junio 2012
Edición No. 280
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Pasos montañosos


José Flores Ventura.

La geología levantó valles y cuencas rodeadas de montañas, con el paso del tiempo la erosión abrió pasos entre éstos pudiendo comunicarse comunidades, animales y vegetales entre sí y por último, el Hombre los aprovechó para colonizar nuevas regiones, de hecho, la mayoría de la historia humana se basa en la exploración y conquista de nuevos territorios a través de pasos montañosos, el control de ellos permitió el comercio o sublevación de pueblos y el forjamiento de imperios.

Estos pasos hoy quedan con mudos vestigios de la importancia que tuvieron en un pasado remoto o reciente entre las montañas de la región; ruinas y evidencias rupestres prueban lo vital que eran para la subsistencia de grupos humanos. Éstos aun hoy en día son aprovechados para hacer carreteras, algunas veces provocando la destrucción de estos vestigios, ya que cada vez se requiere ensancharlos para el mayor paso de vehículos como sucedió con la carretera a Monclova en sus innumerables pasos por las cañadas que salen de un valle para entrar a otro.

En el municipio de Ramos Arizpe se encuentra un gran valle llamado Cuenca de El Pelillal, limitado por grandes serranías de difícil acceso salvo por los pasos naturales, el más evidente: la entrada y salida del río Patos otrora fuente de agua que abasteció por miles de años a los seres que se congregaron en sus afluentes, entre ellos a nuestros más antiguos antepasados. Salvo estos accesos, los demás pasos están limitados a escarpadas cañadas con bajadas pronunciadas, ya que esta cuenca está muy elevada con respecto a los valles que la circundan por fuera, excepto por el sur.

Sin embargo las pocas cañadas que sirven para comunicar el interior de la Cuenca de El Pelillal con el exterior están bien identificadas por tener en sus orillas representaciones rupestres, campamentos prehistóricos y/o construcciones históricas, entre ellas podemos mencionar los pasos que sirven a la carretera 57 a Monclova en su kilómetro 72.5 donde hay bastantes representaciones rupestres ya deterioradas por el renuevo de la carretera; El Puerto del Aparejo al noreste también con grabados, La Cuesta Chica y Grande con pinturas y grabados, la amplia boca que hace el río Patos en su paso por Las Esperanzas y su desembocadura en el valle de Paredón donde en cualquier farallón rocoso se hallan excelentes representaciones rupestres.

Hacia el sur también se hallan importantes pasos abiertos por los arroyos que provienen cuesta arriba y que hasta hace poco llevaban agua como en el kilómetro 42 de la carretera antigua a Monclova y El Mimbre, ambos lugares con obras monumentales de la pictografía rupestre de Coahuila.

Todos estos pasos naturales tienen en común que son más o menos transitables, tanto que algunos de ellos luego se utilizaron para trazar caminos y después carreteras. También tienen o tuvieron agua lo cual permitió que se asentaran comunidades humanas habiendo dejado vestigios rupestres, campamentos y lítica que comprueba la importancia de ellos para la subsistencia y la cacería.

Después de la ocupación europea se siguieron utilizando en la construcción de rancherías y poblados que han ido perdiendo terreno ante la sequía.

Conforme pasa el tiempo estos pasos entre las sierras van quedando olvidados, así como las comunidades que se encuentran en ambos extremos, muy pocas veces son de nuevo visitados por aquellos que quieren desenterrar sus secretos de miles de años y conocer más de su historia oculta en sus recuerdos en las rocas dejadas.

 
                         
                     
                             
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